En la mayoría de los portales web se afirma que nacieron en México, pero la teoría que más se sostiene es que este plato tan típico de nuestra dieta matutina llegó a nuestras costas desde oriente. Ya en el siglo XIX en China existía una especie de pan frito muy parecido al churro al que llamaban “you taio“. Tenía forma alargada y estaba hecho a base de pan, aceite y sal. Solía ser un plato de acompañamiento o de desayuno típico del país, combinado normalmente con sopa de arroz o con leche de soja.
Al llegar a nuestras costas en algunas partes del país, Madrid entre ellas, cambiaron la forma de hacer este plato. En algunas partes cambiaron la receta sustituyendo la sal por azúcar para darle un sabor más dulce. En otras intentaron darle una nueva forma, las porras con forma de estrella entre ellas.
Las primeras churrerías de las que se tiene constancia en España datan del mismo siglo XIX en la provincia de Zaragoza. En aquella época eran populares en fiestas y verbenas para la población más pobre y rural. El nombre de churro proviene de las ovejas churras, una raza ovina originaria de Castilla y León, una de las razas más autóctonas de la península ibérica. Los pastores de la época solían sustituir este plato por el pan debido a que era mucho más fácil freírlos sobre hogueras rudimentarias a tener que elaborar el pan con hornos de leña.
Con el tiempo, se fue extendiendo por el resto de la península, en especial entre ministros evangelistas que, en aquella época, los llamaban “ovejas fritas”.
A diferencia de aquella época, hoy en día los churros son consumidos por prácticamente toda la población española. Siendo antaño un plato con poco sabor y valor nutritivo, hoy en día podemos encontrar infinidad de recetas que pueden acompañar o retocar un plato tan conocido como este. Podemos encontrar churros rellenos de chocolate, crema, dulce de leche e incluso de forma salada como de queso o zarzamora.

En otros países donde se han popularizado los churros tienen formas más variadas de cocinar este típico plato. Así, en Tailandia por ejemplo, están muy popularizados, y en Indonesia los llaman casualmente donuts españoles. En otros países asiáticos utilizan queso y otros derivados de la leche para acompañarlos. En Egipto y otros países del norte de África especian los churros para darle distintos sabores; y en América acompañan los churros con huevos y verduras para desayunar.
En conclusión, los churros son el desayuno completo, la merienda de toda la vida y el mejor recurso para los juerguistas españoles una mañana de domingo. Son un plato sabroso y crujiente que todos podemos disfrutar junto a una buena taza de chocolate ó café. Son un plato económico y saludable en comparación con la típica bollería industrial a la que estamos acostumbrados.
Y lo mejor, las propiedades naturales que tiene, no solo por la fibra que aporta o las proteínas y calorías que nos da para afrontar el día; la más importante es la propiedad que menos valoramos de ellos ó incluso no llegamos a advertir: La compañía. Unos churros, un café, nadie los come solo. Podríamos decir que es el único plato que siempre compartimos con los demás. El factor humano que nos ofrecen los churros siempre será su mayor virtud.
En nuestra Churrería Siglo XIX llevamos desde el pasado siglo rememorando la historia de nuestro producto estrella, añadiéndole nuestro toque personal y la calidad que nos caracteriza. Siguiendo con la tradición del churro madrileño os esperamos cada mañana en el sitio de siempre y también online.
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